Coaching para el Éxito

Hace veinte años leí el libro titulado Coaching para el éxito (que da nombre al presente artículo), de la autora Talane Miedaner.

Me sorprendió que estuviera lleno de consejos (concretamente, contiene 101, como los dálmatas). Lo curioso es que el coaching es, en su esencia, anti consejos.

En un artículo anterior, titulado Una de coaching, por favor, explicaba en qué consiste esta disciplina, distinguiéndola de la terapia, la mentoría, la docencia o los consejos.

No recuerdo si Coaching para el éxito fue el primer libro que leí sobre esta temática. Por aquel entonces también tuve en mis manos El juego interior del tenis, de Timothy Gallwey. Muy interesante, por cierto.

El caso es que llevo casi quince años dedicándome al coaching y hace algún tiempo creamos nuestro propio sistema o metodología, que aplicamos y enseñamos en ESINEC a nuestros alumnos del Máster en Coaching con PNL.

Nos ha dado unos resultados tan interesantes que creo que merece la pena desgranar cómo es un proceso de coaching y cómo es una sesión estándar, si bien cada una es diferente y lo que aquí expondré puede tener muchos matices.

Nuestro sistema de coaching consiste en hacer sesiones que incluyen 6 pasos. Es un buen esquema, que ayuda al cliente a enfocarse, así como a descubrir qué le ha estado frenando hasta el momento, y a empoderarse para avanzar hacia la consecución de sus objetivos.

Paso nº 1: Conectar

Para que el cliente se abra y hable abiertamente de sus objetivos, de sus miedos y de lo que le frena, es imprescindible que haya buena sintonía con el coach. Así que esta primera fase consiste en conectar; es decir, en generar lo que en coaching llamamos rapport.

Es importante que en toda sesión se dediquen unos pocos minutos a establecer esta confianza mutua. Algunos coaches se saltan esta fase porque llevan ya un tiempo trabajando con el cliente y piensan que ya no es necesario. Pero si es importante seguir enamorando a tu pareja día a día, también lo es seguir generando confianza y sintonía con tu cliente sesión a sesión.

Paso nº 2: Objetivos y metas

El coaching tiene una característica clave: va hacia algún sitio; es decir, no se trata de sanar traumas del pasado (aunque por el camino puede ser que eso también ocurra), sino que proponemos un objetivo y vamos hacia él.

Por eso en esta segunda fase el coach apoya al cliente a definir al menos un objetivo que desea lograr. Este paso está muy claro en la primera sesión de coaching, y en las posteriores se puede ir redefiniendo o matizando el objetivo.

Paso nº 3: Indagación

Ésta es la fase más abierta de todas, en la que hay pocas guías. El coach lleva a su cliente a realizar un viaje de introspección a través de lo que llamamos preguntas poderosas, que son aquellas que le han reflexionar porque, en muchas ocasiones, no se las ha planteado antes.

Por ejemplo, es importante descubrir para qué quiere conseguir el objetivo que se ha propuesto. También en esta fase le apoya a ver los frenos que le han estado impidiendo avanzar (muchas veces de forma inconsciente), analizar de dónde vienen y desactivarlos.

Paso nº 4: Aterrizar

Después de pasar por la indagación puede ser que alguno de los objetivos o metas planteados se hayan modificado. Es posible que el cliente haya descubierto que lo que creía querer lograr en realidad no era su objetivo, sino que con él solo cumplía una expectativa de sus padres, por poner un ejemplo frecuente.

Así que éste es el momento de verificar si lo que definió en la segunda fase sigue siendo válido o quiere cambiar el enfoque. Personalmente, he conocido varios empresarios que han llegado a mi consulta diciendo que querían incrementar su facturación y, llegados a este punto, han descubierto que lo que realmente deseaban era mejorar su relación familiar. Lo curioso es que, una vez logrado eso, la facturación de sus empresas subía como la espuma sin hacer nada en concreto para que eso sucediera.

Paso nº 5: Plan de acción

Ésta es sin duda mi parte favorita de toda sesión de coaching: diseñar una estrategia que lleve al cliente desde donde está hacia donde quiere ir. En la primera sesión podemos definir una estrategia global, y luego, semana a semana, vamos concretando pasos específicos para llegar al objetivo en el tiempo planteado. Además, esta fase también es el momento de revisar cómo vamos en ese camino.

Una de mis frases favoritas es: “saber y no actuar es igual a no saber”. Aunque siempre digo que, en realidad, para mí es peor saber y no actuar. Porque ni siquiera te puedes excusar en que no sabías esto o aquello. Así que el momento de tomar acción a veces requiere una pequeña patada en el culo, porque a todos nos gusta aprender, pero somos expertos en poner excusas para no accionar de forma inmediata.

Paso nº 6: Conclusiones

Es importante no saltarse esta fase, pues es la que cierra la sesión. Aquí apoyamos al cliente a que haga un resumen de lo hablado (es importante que lo haga él, no el coach). También le pedimos que nos explique qué ha descubierto sobre él mismo o sobre qué le estaba frenando. Y finalmente que nos repase las acciones que va a emprender hasta la siguiente ocasión en que nos veamos y que nos diga qué se lleva de esta sesión.

En este punto se cierra el trabajo abierto aproximadamente una hora antes. El cliente toma consciencia de lo que ha hablado y lo que ha visto en la sesión. Y así puede tomar acción de forma inmediata.

Haciendo las cosas de esta forma, el trabajo del coach es relativamente simple y, desde luego, muy productivo. Es increíble el poder que tiene un proceso de coaching de unos tres meses si el cliente tiene la motivación suficiente para moverse en la dirección que desea. Los resultados parecen absoluta magia.

Feliz semana,

Por Manu Ramírez

Director General ESINEC