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No nos engañemos: llevamos seis semanas de cuarentena y esto va para largo.

De momento, el gobierno la ha prorrogado hasta el 9 de mayo. Previsiblemente entonces empezará el desconfinamiento progresivo, que se irá prolongando en el tiempo. No recuperaremos una vida más o menos normal hasta finales de año.

Por otro lado, lo que conocíamos como normal ya no estará disponible de nuevo.

Todos los expertos (desde científicos del área salud hasta sociólogos) coinciden en que la vida ya no volverá a ser como era. Habrá que construir una nueva normalidad, de momento manteniendo un cierto distanciamiento social.

Y luego habrá que elegir entre la rápida recuperación económica, el cuidado de la salud de los ciudadanos y las libertades.

También previsiblemente estas últimas serán las perdedoras; es decir, nos veremos conminados a permitir que ejerzan un mayor control sobre nosotros en pro de nuestra salud y de la salud de la economía.

Algunas personas, las más “conspiranoicas” (las que creen en conspiraciones de diferente índole) gritan que todo esto tiene mucho que ver con la próxima implantación de la tecnología 5G, que sin duda permitirá incrementar el control sobre las personas de formas que ni siquiera sospechamos.

Y aquí viene la parte más importante de todas: la incertidumbre.

Y la incertidumbre provoca miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a no controlar nuestra propia vida sino a ser controlados por otros, miedo al dolor.

Hay dos grandes energías que mueven el mundo: el miedo y el amor. A veces hablar de amor suena happy flower, pero otra manera de hablar de lo mismo es la confianza y la ilusión. Así que podemos movernos por miedo o por ilusión.

El problema es que el miedo es un arma mucho más poderosa porque permite manipular a las personas.

Y contra eso sólo hay un antídoto válido (la verdadera vacuna, no esa otra en la que unos laboratorios multimillonarios interesados en ser aún más multimillonarios están investigando). El único antídoto contra la manipulación que ejerce el miedo es vacunarse contra él, y eso requiere una buena gestión emocional.

De esta crisis social sólo saldremos victoriosos de una forma: creciendo nosotros como personas, tomando responsabilidad por nuestra propia vida, cambiando nuestra mentalidad hacia una mente de éxito y no una de derrotismo (¿de verdad esperamos que los gobiernos nos saquen de esta situación mediante reparto de una limosna que apenas nos dará para comprar un poco de comida?).

Sólo nos vacunaremos contra el miedo creciendo por dentro y cambiando nuestra mentalidad. En ESINEC hemos creado el programa RedEx Mindset Online como la mejor propuesta actual para que todos los que quieran puedan hacer ese cambio de chip.

Ya no se trata de elegir la pastilla roja o la pastilla azul (como en la película Matrix) para conocer la verdad o seguir ignorándola. Estamos a punto de ser todos conscientes de cuál es la verdadera situación. La pregunta es: ¿estamos preparados para afrontar esa realidad?

Si tu respuesta es NO, procúrate una vacuna en forma de crecimiento personal y mejora de tu gestión emocional lo antes posible. Ya llegas tarde, pero más vale un poco tarde que muy tarde.

Por Manu Ramírez

Director General ESINEC

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